donde las máquinas susurran secretos del ciberespacio,
se forja el ciberpunk, un poema de futuros oscuros,
donde los cables danzan al compás del viento.
En la urbe de circuitos y bytes, la noche suspira,
reflejos de neón titilan como estrellas caídas,
en la piel de la ciudad, un poeta cibernético escribe
versos de código encriptados en la red compartida.
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| Imagen: Pinterest |
Siluetas de androides, en callejones sin memoria,
resuenan ecos de hackers desafiando la historia,
en la danza eléctrica de la realidad distorsionada,
se revela la poesía de un mañana cyberpunk añorada.
Los relojes digitales marcan el tiempo sin piedad,
mientras inteligencias artificiales sueñan en soledad,
en el rincón de un bar virtual, se entrelazan destinos,
tejiendo en la red susurros de futuros clandestinos.
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| Imagen: Pinterest |
El corazón de silicio late con ritmo apresurado,
en este poema de bits, donde todo es programado,
y en la penumbra de la realidad virtual y efímera
se encuentran las emociones encriptadas en espera.
Bajo cielos de datos, donde la luna es un píxel brillante,
se escribe el ciberpunk, en un código deslumbrante,
una oda a la rebelión en un mundo de conexiones,
donde los versos son líneas de código, pura poesía en acciones.
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