El dragón del Bibliolab

En lo profundo del Bibliolab, donde los pasillos se entrelazan como laberintos de conocimiento y las estanterías susurran historias olvidadas, se oculta un secreto ancestral: el dragón del Bibliolab.

Nadie sabe cuándo ni cómo llegó, pero su presencia es innegable. Sus escamas relucen bajo la tenue luz de las lámparas, y su aliento ardiente hace vibrar el aire en cada rincón del recinto. Algunos lo consideran una leyenda, una criatura mítica surgida de las páginas de los libros que pueblan las Bibliotecas.

El dragón cibernético

En un mundo donde la línea entre lo humano y lo artificial se desvanece, el auge de la tecnología ha dado lugar a criaturas inimaginables. Entre las sombras de la ciudad ciberpunk, se alza un ser temido y legendario: el dragón cibernético. Con escamas metálicas resplandecientes y ojos brillantes como luces de neón, el dragón cibernético surca los cielos digitales en busca de presas tecnológicas.

Su rugido retumba a través de los circuitos y cables, enviando ondas de temor a aquellos que osan desafiar su dominio. En los callejones oscuros de la metrópolis, los hackers y piratas informáticos hablan en susurros sobre él, temerosos de atraer su atención. Se dice que es invencible, un guardián imponente de los secretos más oscuros de la red.

Alegoría del dragón

El dragón, una criatura legendaria que ha fascinado a la humanidad a lo largo de los siglos, ocupa un lugar destacado en la obra de J.R.R. Tolkien como un poderoso símbolo de la adversidad y el mal. A lo largo de sus escritos, Tolkien utiliza al dragón de diversas maneras, dotándolo de significados profundos y alegóricos que trascienden su mera presencia como una bestia temible.

En su mitología, el dragón más conocido es Smaug, el temible saqueador de Erebor en «El Hobbit». Personifica la codicia desenfrenada y la destrucción que resulta de la búsqueda del poder y la riqueza sin restricciones. Su acumulación de tesoros representa la corrupción del deseo humano y la capacidad de las posesiones materiales para corromper incluso a las criaturas más nobles.

#RetoFilandón (Abril 2024)

Disparador

Desde Bibliolab Usera te invitamos a participar en este nuevo #RetoFilandón
Escribe un poema o relato con lo que te sugiera la siguiente frase de Tolkien:

"No diré: no llores,
todas las lágrimas no son malas..."

¡Te esperamos! pic.twitter.com/GSGJlacbig

— TerreyBruji (@TerreYBruji) April 16, 2024

Participantes

Quizás

—¡Ernesto Palamox Martín!

—Yo soy.

—Puede pasar.

—¡Feliciano Almazán Pendás!

—Presente.

—Puede entrar.

Tolkien y el api boliviano en la Amazonia

Tolkien desde el Bosque Azul llegó y pasó por la Amazonia y los bosques de Bolivia. En uno de los restaurantes cerrados aún de madrugada, y con toda la repostería acabada de poner en las vitrinas, para su pronta consumición a los clientes que pasan a desayunar muy pronto.

Tolkien mirando a través de las vidrieras de los enormes ventanales vio los suculentos pasteles y empanadas y cuando mira los vasos de api a través de los enormes vasos, ese color morado fulgurante le puede el antojo, busca la manera de introducirse en el local.

La Cocina del Filandón

En el corazón de la Aldea de las Tejedoras, entre las enmarañadas callejuelas y los antiguos edificios de piedra, se encuentra la Cocina del Filandón, un lugar mágico donde convergen la tradición culinaria y la camaradería de la aldea. Inspirada por los relatos de la Tierra Media de J.R.R. Tolkien, esta cocina es un refugio acogedor donde los residentes y visitantes pueden disfrutar de deliciosos manjares mientras comparten historias y crean vínculos duraderos.

La Cocina del Filandón está impregnada de la esencia de la fantasía y la magia, con suelos de madera gastada y paredes adornadas con tapices tejidos a mano que representan escenas de la Tierra de Usera. En el centro de la cocina, una gran mesa de roble sirve como punto de encuentro, donde se reúnen los comensales para compartir platos caseros y experiencias inolvidables.