—¡Ernesto Palamox Martín!
—Yo soy.
—Puede pasar.
—¡Feliciano Almazán Pendás!
—Presente.
—Puede entrar.
—¡Elvira Muriel Tresviso!
—Aquí estoy.
—Ya puede entrar, la están esperando.
—No, no voy a pasar.
—¿ Por qué Elvira?
—Porque hace dos días que estoy esperando que Ernesto y Feliciano vuelvan a salir por esa puerta...
—Regreso a casa, quizás ésto no era el balneario...
Rosa
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Comenta con respeto